Por. Dra. Beatriz Mtz
Cuando de salud se trata, no todas las grasas son malas. Algunas grasas son buenas e incluso esenciales. Las grasas suministran energía, ácidos grasos vitales y bloques de construcción celulares, además de tener funciones de tipo regulatorio, las grasa, por ejemplo, son necesarias para el crecimiento y desarrollo normal, especialmente en el caso de los niños. También son importantes para la estructura y el funcionamiento del sistema nervioso.
Pero, de manera más importante, constituyen la mayor parte de las membranas que rodean a todas y cada una de las células del cuerpo humano.
Los saludables lípidos y esteroles presentes en el trigo, el arroz y la soya son “grasas buenas”. Ciertos lípidos, incluyendo los ácidos grasos Omega-6 y Omega-3, pueden aumentar la fluidez o la “flexibilidad” de las membranas celulares y ayudar a mantener a las células funcionando normalmente.
Los esteroles de las plantas también pueden tener una serie de efectos benéficos, incluyendo el reducir los niveles de colesterol, disminuir el riesgo de ateroesclerosis e inhibir tumores. Tanto los lípidos como los esteroles se encuentran en el salvado y en las capas exteriores que son eliminadas durante el procesamiento de los granos.
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