martes, 26 de mayo de 2009

LIPIDOS DIETETICOS: LOS BUENOS, LOS MALOS Y LOS ESENCIALES.

Por: Dra. Beatriz Mtz.

En nuestra eterna búsqueda de la esbeltez, hemos convertido a la grasa en una villana. Y en nuestros intentos por consumir dietas bajas en grasas y por evitar las grasas saturadas y el colesterol, frecuentemente cometemos el error el evitar todas las grasas. Pero no todas las grasas son malas. En realidad, la grasa puede ser buena y hasta esencial.

Definitivamente requerimos de ciertas grasas para estar sanos (lípidos, esteroles y ácidos grasos esenciales). Algunos tipos de grasas “buenas” forman el grosor de las membranas que rodean cada célula del cuerpo. Otros tipos de grasas son componentes críticos de los tejidos grasos del cerebro, ojos y nervios y juegan roles importantes en la defensa del cuerpo.

PARA GOZAR DE UNA BUENA SALUD, ES ESENCIAL QUE EXISTA UN EQUILIBRIO ENTRE LOS ÁCIDOS GRASOS OMEGA -3 Y OMEGA-6.

De las muchas grasas “buenas” que juegan roles importantes en el cuerpo, dos tipos: los ácidos grasos poli-insaturados omega-6 y omega-3, han atraído mucho la atención de la comunidad científica, en las últimas dos décadas, de probar sus benéficos efectos.

En las dietas de los países desarrollados, los requerimientos mínimos de ácidos grasos omega-6, que se encuentran en aceites vegetales y en muchos otros alimentos, son incluso hasta sobrepasados. Los ácidos grasos omega-3 son más difíciles de encontrar, ya que las grasas de pescado, especialmente de salmón, arenque, caballas y sardinas, son las únicas fuentes viables en la dieta.

Si usted no está consumiendo de dos a tres porciones de pescado graso por semana, puede ser que no este obteniendo suficientes cantidades de ácidos EPA (ácidos eicosapentanóico) y DHA (ácido docosahexanóico). Estas largas cadenas de ácidos grasos omega-3, son necesarias para el crecimiento y desarrollo normal y óptimo funcionamiento del corazón, de la sangre y de los vasos sanguíneos, del cerebro, de los nervios, ojos, articulaciones, piel y órganos sexuales.

Los ácidos grasos omega-3 han sido sujeto de más de 2000 estudios científicos. Existe gran conocimiento con relación a sus efectos favorables en la salud cardiovascular, ya que “adelgazan” la sangre y disminuyen el riesgo de coagulación de la sangre y arritmias cardiacas. Además, puede ser que los ácidos grasos omega-3 jueguen el rol de inhibir inflamaciones y cáncer.

Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 son denominados ácidos “esenciales” porque el cuerpo humano no los puede producir en cantidades suficientes, así que tienen que ser obtenidos a partir de suplementos en la dieta. Por ejemplo, el cuerpo puede producir los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA a partir de un compuesto original: ácidos linolénico, aunque está síntesis es lenta y poco confiable. Debido a esta razón se obtienen más fácilmente directamente de la dieta como nutrientes preformados, como se presentan en el aceite de pescado.

Los científicos de todo el mundo han recomendado recientemente que las agencias gubernamentales reconozcan oficialemente las diferencias cruciales que existen entre los ácidos grasos omega-3 y omega-6. En los Estados Unidos la Academia Nutricional de Ciencias está considerando establecer Recomendaciones Dietéticas (RDAs) para estos nutrientes esenciales. Canadá fue el primer país que ofreció recomendaciones específicas sobre la dieta referentes e estos ácidos grasos.


Si deseas más artículos como este Suscribete a mi blog por Email… es Gratis!

No hay comentarios:

Publicar un comentario