SI CONSUMIMOS ABUNDANTEMENTE LOS ALIMENTOS CORRECTOS ¡HALLAREMOS EL CAMINO A LA SALUD DE LARGO PLAZO!

Por: Dra. Beatriz Martínez

En la edición de julio del 2007 del Diario Americano de Nutrición Clínica Vol. 86 No.1 Pags.221-229, los científicos de la Universidad Monash y del Consejo de Cáncer de Victoria, así como de la Universidad de Melbourne, de la Universidad de Cambridge y del Hospital de San Vicente de Melbourne dieron a conocer que la dieta “estilo mediterráneo” protegía la salud. A esta conclusión llegaron a partir de la información recolectada durante más de 10 años con 30,650 voluntarios quienes ayudaron a probar que una dieta con más fruta, vegetales y ácidos grasos omega-3 reduce la incidencia de enfermedades cardiacas, obesidad y algunos tipos de cáncer.

Los científicos señalaron que ese tipo de dieta es rica en antioxidantes, grasa monoinsaturadas, ácidos grasos omega-3 y fibra.

Se cree que esta combinación tiene propiedades antioxidantes, anti-inflamatorias y antitrombóticas que reducen en 30% el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Una evidencia similar sobre los beneficios de esos componentes en la dieta fue publicada por investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard en la edición de julio de 2007 del diario Chest. Su estudio, basado en información proporcionada por 2,112 estudiantes de Estados Unidos y Cánada, cuyas edades oscilaban entre los 16 y los 18 años, demostró que las dietas ricas en fruta, vitamina C, vitamina E y ácidos grasos omega-3 compensaban el riesgo de asma, bronquitis crónica y “resuello”. Jane Burns, quien dirigió el estudio, señaló: “Los mayores consumos de micronutrientes antioxidantes y anti-inflamatorios están relacionados con menores reportes de tos, infecciones respiratorias y síntomas menos severos de asma. Así como los beneficios se hicieron patentes en los resultados, también se reportó evidencia de riesgo en aquellas personas que no consumieron suficientes cantidades de estos nutrientes esenciales.

Los resultados también demostraron que cuando el consumo de frutas, vitamina C, vitamina E y ácidos grasos omega-3 es reducido, el compromiso respiratorio, incluyendo descenso de la función pulmonar, incremento en la incidencia de bronquitis crónica, resuello y asma, tendían a elevarse.


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