lunes, 30 de marzo de 2009

LA NUTRICION CELULAR INFLUYE EN SU SALUD HOY Y A FUTURO

Por:Dra. Beatriz Mtz.

Las funciones celulares son complicadas y continuas. Afortunadamente nuestras células realizan su trabajo de manera automática. Nuestra única responsabilidad hacia este dinámico e intrincado sistema cosiste en suministrarle los nutrientes de alta calidad que el cuerpo necesita para hacer un buen trabajo.

Esta tarea constituye todo un reto, día con día, se generan, destruyen y reemplazan miles de millones de células. A lo largo de un periodo de siete años, la mayor parte de nuestras células, a excepción de las células del cerebro y unas cuantas células glandulares muy específicas, son sustituidas. Por ejemplo, los glóbulos rojos que llevan al oxígeno a través del cuerpo, tienen un intervalo de vida de tan solo cuatro meses antes de desaparecer del torrente sanguíneo y ser destruidos.

El cuerpo humano contiene aprox. 25 billones de glóbulos rojos, ¡de modo que la demanda de nutrientes para responder de manera constante a estas células es enorme!. Algunas células, como es el caso de aquellas de la boca o los intestinos, son sustituidas a una velocidad aún más rápida; de hecho, ¡todos los días!

Adicionalmente, las diferentes células y tejidos tienen requerimientos nutricionales especiales. Por ejemplo, las células de los pulmones tienen un requerimiento más amplio de vitamina C que muchas otras células, mientras que el tejido ocular tiene una necesidad más alta de luteína y de otros nutrientes carotenoides. El suministro de fitonutrientes del cuerpo, proporcionado por los alimentos y complementos debe exceder esa demanda o se presentarán síntomas de deficiencia.

A corto plazo, una dieta con deficiencia de nutrientes pone en riesgo nuestra salud cotidiana. Por ejemplo, los carotenoides – los coloridos pigmentos vegetales responsables del color rojo en los jitomates, el color naranja en las zanahorias y el color amarillo en la calabaza – resultan críticos para el funcionamiento de ciertas células sanguineas que defienden a nuestro cuerpo de los invasores microbios. Diversos estudios han demostrado que una dieta con deficiencia de carotenoides debilita a nuestro sistema inmunológico. A la inversa, una dieta rica en carotenoides refuerza nuestra inmunidad. Lo mismo sucede con la vitamina C y el Zinc (ambos pueden reducir la duración de una resfriado). Los efectos a corto plazo de la deficiencias de nutrientes también son evidentes – se comprueba en la forma de niveles de energía menores – en aquellas personas cuyas dietas son deficientes en vitaminas B o en hierro.

A largo plazo la nutrición por debajo de los niveles óptimos puede predisponernos a experimentar un envejecimiento prematuro y enfermedades degenerativas. (Manual de operaciones GNLD).


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