miércoles, 11 de marzo de 2009

HERBOLARIA

La Herbolaria es también parte de la medicina natural, y es el uso de las plantas para prevenir o curar enfermedades. Esta práctica se originó probablemente en tiempos prehistóricos cuando el hombre se dio cuenta de que ciertas plantas tenían poderes curativos.

En su búsqueda de alimento, los seres humanos primitivos recogieron muchas especies vegetales y herbales; comían las que eran comestibles y rechazaron y utilizaron contra sus enemigos los desechos tóxicos y dañinos. Asimismo guardaban las plantas con efectos medicinales o adivinatorios, por ejemplo aquellas que hacen sudar, defecar, sanar o que facilitaban percepciones extrasensoriales.

En antiguas civilizaciones como China, Egipto. Persia y Grecia se clasificaban los remedios herbarios para luego compilarlos. En China hace más de 4000 años el emperador chino Qien Nong compuso un libro de plantas medicinales llamado Ben Zao en el cual describía más de 300 plantas, varias de las cuales aún se utilizan en medicina.

En Egipto antiguo existía el Papyrus Ebers, una especie de versión jeroglífica de “Referencia del médico”. Sus remedios incluían sábila (zábila, acíbar) para cortadas y quemaduras y mentas para asistir la digestión, remedios que también se usan hoy en día.

Los griegos y los romanos tomaron de civilizaciones anteriores parte de sus conocimientos sobre las plantas medicinales.
En Europa el conocimiento de las plantas medicinales siguió siendo alimentado por los monjes que cultivaron las plantas y tradujeron los trabajos árabes. Las primeras farmacias reconocidas se abrieron en Bagdad en el siglo IX. En el siglo XIII, Londres se convirtió en un centro comercial de hierbas y especias de primer orden.

Entro los siglos V y X, la creencia de la Iglesia de que las enfermedades eran un castigo por el pecado retrasó el avance médico. Solo en los monasterios se seguían traduciendo con esmero los herbarios y otros documentos sobre los remedios naturales.

La herbolaria mexicana no es menos importante, solo que en su forma tradicional, su conocimiento era transmitido oralmente de generación en generación. Los primeros intentos por rescatar por escrito la sabiduría de los herbolarios mexicanos data de la época de la colonia. Dos estas obras destacan por la calidad y veracidad de los datos que contienen: Libellus de medicinalibus indorum herbs (Códice Badiano) y la Historia General de las cosas de España; la primera escrita por indio Martín de la Cruz y traducida por otro indio de nombre Juan Badiano; y la segunda escrita por el fraile franciscano Bernardino de Sahagún, ambas obras fueron trabajadas en el entonces imperial Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, gracias a los conocimientos aportados por médicos aztecas y otros informantes indígenas.

La medicina oficial azteca (en oposición a la popular) estaba sumamente organizada, tenía un herbario, un zoo, una élite intelectual y una academia que adiestraba y daba títulos. Se basaba en una estructura teórica compleja y en la investigación experimental. Pero algunos sectores de la población sólo tenían un acceso limitado a ella y, como alternativa, confiaba en los tratamientos y medicinas tradicionales.

La medicina oficial azteca fue finalmente eliminada cuando los conquistadores españoles mataron al personal médico e introdujeron su propia medicina.
La medicina popular mexicana medró y continuo incorporando elementos de la nueva medicina dirigente.
La investigación etnobotánica continúa en diversas regiones de México y el mundo, y la eficacia de un número considerable de los remedios descubiertos ha sido comprobada por la medicina moderna.

También existe un esfuerzo a nivel mundial para encontrar nuevas fuentes vegetales que puedan servir para curar las llamadas enfermedades de la era moderna, hasta cierto punto desconocidas por la medicina tradicional, y para las que la medicina convencional aún no ha encontrado un remedio satisfactorio, como lo son el cáncer, el sida y las cardiopatías.

De esta manera, ha surgido nuevamente el uso de las hierbas porque estudios clínicos y de laboratorio han generado evidencia científica de que las hierbas pueden tratar muchas enfermedades efectivamente; por ejemplo, tomar cápsulas de ginsen puede ayudar a las personas a mantenerse alertas cuando están enfrentándose al estrés del trabajo y tomar una taza de té de melisa, un sedante natural, puede aliviar el estrés y calmarlo.

Los moretones, inflamaciones, torceduras, cortadas, resfriados y sarpullidos responden bien a los tratamientos a base de hierbas. También hay terapias de hierbas efectivas para problemas reproductivos en las mujeres, entre ellos el síndrome premenstrual, la esterilidad, los períodos irregulares, los calores menstruales, los síntomas de la menopausia y las infecciones vaginales.

Los remedios a base de hierbas forman una línea frontal fuerte de defensa contra resfriados y gripes y otras enfermedades infecciosas. A diferencia de los antibióticos, las hierbas se pueden usar para tratar tanto infecciones bacterianas como infecciones virales.

Al tratar enfermedades serias como enfermedades del corazón, cáncer y trastornos autoinmnes muchos médicos están recetando remedios a base de hierbas para usar en conjunción con técnicas médicas corrientes.

Las plantas poseen todas las vitaminas, todos los minerales, aminoácidos (proteínas), grasas, enzimas, carbohidratos, etc., que el hombre necesita para una adecuada alimentación.

La naturaleza ha brindado todos los elementos para que el ser humano tenga salud y bienestar, y dentro de estos elementos, las plantas nos brindan la farmacia más completa para la cura de varias enfermedades. Si consumimos plantas y vegetales con regularidad nos volveremos más sanos y llenos de vitalidad y podremos prevenir los trastornos que se presentan por la edad o por un estilo de vida inadecuado.

Las plantas se emplean en muy pocas ocasiones en su estado natural. Por esa razón es necesario tratarlas para conservarlas, estabilizarlas y así tener ingredientes frescos.

Actualmente se hacen fórmulas más complejas que permiten utilizar una gran cantidad de plantas, solas o combinadas, con otros productos que las fortifiquen como: las vitaminas, los minerales, etc., está sinergia, entre varios componentes potencializa la fórmula y la hace que tenga mejores resultados para atacar cualquier enfermedad.

Se ha comprobado en muchas investigaciones que lo natural es mas asimilable y biodisponible que lo sintético y que causan menos efectos secundarios y contraindicaciones, solo vasta ver las contraindicaciones que vienen descritas en la literatura de cada medicina. La razón es que la estructura química de las plantas es igual a la que utiliza el cuerpo humano, sin embargo, se ha observado que muchas de las drogas sintéticas no se fabrican iguales a las que fabrica la naturaleza.

Los productos farmacológicos sintéticos traen como consecuencia una serie de efectos secundarios negativos, como por ejemplo el fármaco “Prozac” para combatir la depresión nerviosa, a diferencia de la “hierba de San Juan” que se utiliza para lo mismo pero sin efectos secundarios.
En está década, las vitaminas, los minerales, las plantas curativas, los ácidos grasos polinsaturados y otros productos naturales han tomado fuerza inusitada, por haberse comprobado día con día que son la respuesta a una curación sana, económica y sin tantos efectos secundarios como suelen tener muchos otros medicamentos sintéticos.

-Beatriz Martinez Chavez


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